03 diciembre, 2007

Abrazos Navideños



Cada vez que salimos en esta campaña, la magia de los abrazos trae algo inesperado. Esta fue nuestra tercera campaña de abrazos pero fue muy distinta a las demás. Todo empezó alrededor de las 11:30 en Coyoacán, los carteles de Abrazos Gratis estuvieron adornados con frases alusivas a la Navidad "Tal vez, el mejor adorno en Navidad sea una sonrisa" "Bendita la fecha que nos une a todos en una conspiración de amor" para llenar de un ambiente especil esta actividad. La gente al vernos se llenaba de escepticismo y dudas, a veces incluso con desconfiaza, nos veía acercarno y terminaba dándonos un abrazo. Recorrimos las plazas principales de Coyoacán, entre los danzantes, los algodoneros y el cilindrero. La revista Top Teen nos acompañó y contagiamos con nuestras sonrisas de la actitud de Navidad.

Un señor se nos acercó y nos pidió un abrazo para "Lichita", una abuelita sentada en una silla de ruedas. Todos los que estábamos fuimos a darle un abrazo y Lichita se conmovió profundmente, nos lleno de sonrisas y gratitud. Su acompañante nos comentó que a la vuelta está el asilo en el que él labora y donde Lichita vive con otras 8 abuelitas. Nos pidió que fuéramos con las demás porque estos gestos para ellas significan mucho, así que lo hicimos. Sorprendidos de las vueltas que dan los planes, el MQ dejó un rato la plaza para ir a visitar a las abuelitas.

A veces es un poco triste ver que personas que todavía tienen muchas experiencias y capacidad para transmitir su experiencia estén acostadas todo el día y sólo enriquezcan a las enfermeras que las atienden. Como ellas mismas dijeron, al entrar al asilo se acaban las preocupaciones y las conexiones con el mundo de afuera... Así que para nosotros fue un enorme gusto y un súper regalo llegar inesperadamente. Su entusiasmo fue enorme al ver a visitantes que las abrazaban. Cuando les preguntábamos "¿Cómo te llamas?" ellas respondían "Come-lagañas", una pequeña rima que nos sacaba una risita y nos daba la señal de que ¡tenían muy buen ánimo! Así que pudimos compartir recuerdos, percepciones y hasta les cantamos El Niño del Tambor. Desafortunadamente tuvimos que regresar a la plaza a dar abrazos, no sin antes quedar en regresar para armarles una posada.

Quizás fue la magia de Navidad. Quizás fue la magia de un abrazo cálido. Pero esta vez, al final del día quedamos mucho más satisfechos que antes. Cuando sientes el impacto de un gesto de cariño en otra persona, siempre te fortalece el alma y te deja una sensación cálida, excelente para empezar la semana sonriendo y para llenarnos a todos de confianza y calidez.


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